¿Te toca salir de casa para estudiar? ¿Tienes claro dónde vivir? Para decidirte lo ideal es que analices los pros y contras de cada opción. Lo primero es conocer que opciones de alojamiento para estudiantes tienes y aunque existe cierta variedad, en general se pueden clasificar en dos: residencias y pisos compartidos.

Las residencias son la mejor opción para olvidarse de las tareas diarias de un piso y centrarse en el estudio, además entre sus ventajas se encuentran algunas como el fomento de la convivencia, ya que estudiar con otros compañeros te ayudará a motivarte.

Es importante recordar que estarás centrado en tus estudios, no en a quién le toca cocinar o limpiar la habitación. Además las residencias están al lado de las universidades y centros de estudio y cuentan con buenas comunicaciones para que puedas ahorrar tiempo y dinero.

Otra ventaja son las instalaciones, modernas y cómodas, con salas de estudio  y espacios de descanso para disfrutar con otros estudiantes.

Vivir en un piso compartido puede parecer ideal, pero requerirá de una gran responsabilidad y capacidad de compromiso por parte de todos los que en él convivan. La limpieza o el dinero suelen ser temas de confrontación en un piso compartido. La bronca estará servida en cuanto alguien no pague a tiempo, aporte menos y consuma más que los demás.

Sea cual sea tu decisión, lo que si te recomendamos es que no lo dejes para el final. Suele ser habitual que los estudiantes lo dejen para el mes de julio, o incluso septiembre, y para esas fechas puede que ya sea demasiado tarde y lo que quede no sea de tu agrado.